Centro de
en Zaragoza
- Neurofeedback
- Psicología
Aunque el neurofeedback empezó a experimentarse para reducir síntomas de diferentes trastornos, tanto físicos como psicológicos, diversos investigadores se han planteado si el potencial de neurofeedback podía extenderse a personas sin trastornos, para mejorar su desarrollo personal. Estas investigaciones han constatado que efectivamente se puede usar esta técnica para el desarrollo de diversas capacidades personales.
En 1983, Speilberger y colaboradores, realizaron un trabajo experimental con un grupo de alumnos que iban a pasar un examen de música de la Associated Board of the Royal Schools of Music, consiguiendo resultados espectacularmente superiores (en más de un 50% de mejora respecto del grupo de control) en todos los ámbitos evaluados: calidad general, competencia instrumental, musicalidad y comunicación. Otros resultados similares se ha realizado posteriormente con similares resultados (Stripsody, Berberian 1966; Egner and Gruzelier 2003; Raymond et al. 2005).
En 2005, Raymond y col. realizaron un experimento con un grupo de bailarines de salón profesionales, se dividieron en tres grupos, uno de control, otro tratado con biofeedback y otro con neurofeedback. El grupo de control obtuvo un 40% menos de puntuación tras el tratamiento que los otros dos grupos.
En 2010, John Gruzeliera, Atsuko Inouea, Roger Smartb, Anthony Steedc y Tony Steffert realizaron un experimento con neurofeedback con actores en Londres. Tras dividir aleatoriamente a los actores que participaban en un grupo de control y uno tratado por neurofeedback, tras un periodo de tratamiento se les sometió a una prueba ante tres jueces expertos que los puntuaron. Los tratados con neurofeedback obtuvieron una puntuación significativamente superior en rendimiento global de la actuación y, sobre todo, en creatividad, incluyendo la expresión imaginativa, la convicción y la caracterización.
Igualmente que en el ámbito artístico, en el mundo del deporte se han realizado abundantes y variados experimentos y entrenamientos con neurofeedback, que han dado muestra del aumento del rendimiento en múltiples disciplinas, desde kárate, hasta tiro con arco, pasando por golf, tenis, balonvolea y un sin fin más.
Como dato anecdótico, la selección italiana de fútbol en 2006 recibió un entrenamiento intensivo de neurofeedback y acabó ganando el mundial ese año.
Además del ámbito artístico y deportivo, el neurofeedback se está aplicando cada vez más en la mejora del desempeño profesional de todo tipo de personas, sobre todo en aquellas cuyos trabajos requieren un nivel elevado de ejecución.
Ya en las primeras épocas del neurofeedback, se consideró que era posible conseguir mediante esta técnica un estado similar al que se alcanzaba con la meditación y el yoga (Kamiya, 1970), consiguiendo resultados experimentales que avalaron esta hipótesis.
Posteriormente, en 1978, Watson repitió la experiencia de Kamiya y constató que los resultados del entrenamiento no eran únicamente a corto plazo, sino que a medio plazo (18 meses después) las personas entrenadas con este procedimiento conseguían mejoras sustanciales en su memoria, velocidad de procesamiento, razonamiento mental y toma de decisiones.
Posteriormente han sido muchos los experimentos realizados para tratar de descubrir hasta qué punto el neurofeedback puede mejorar el rendimiento personal. Por citar sólo algunos ejemplos significativos:
Por todo ello, cada vez son más los profesionales de todos los ámbitos que se someten a un entrenamiento de neurofeedback para mejorar sus capacidades profesionales: inteligencia, memoria, atención y concentración, capacidad visoespacial, velocidad de procesamiento o capacidad de afrontar y resolver problemas.
Cada vez es más conocido y usado el término de inteligencia emocional, que reúne las habilidades necesarias para expresar adecuadamente nuestras emociones e interpretar las de los demás. Este término surgió de una pregunta: por qué los más inteligentes, intelectualmente hablando, no son los más ricos ni los más felices. Está claro que hace falta otro tipo de inteligencia para triunfar en la vida y para ser feliz y ese tipo de inteligencia se conceptualizó como la inteligencia emocional.
Desde el punto de vista psicológico se puede considerar que un estado de felicidad o bienestar proviene, en primer lugar, de una sana autoestima: aprendiendo a querernos y aceptarnos a nosotros mismos con nuestros defectos y virtudes. Sólo sintiéndonos bien con nosotros mismos podemos empezar a estar realmente bien con los demás. Y en este mundo social y competitivo en el que nos ha tocado vivir es necesaria esa confianza en nosotros mismos y ese saber estar con los demás para poder “triunfar” en la vida.
En diferentes apartados de esta Web se explican protocolos de neurofeedback para afrontar nuestros miedos, elevar el estado de ánimo o reducir el estrés y la ansiedad. Esos protocolos, que normalmente se asocian a personas que padecen diferentes trastornos psicológicos también pueden ser usados en personas que simplemente quieren mejorar su “tono” emocional, siendo más seguras, asertivas, afrontando mejor las cosas, relacionándose mejor con los demás, etc. En general, ganando inteligencia emocional.
De esta forma el neurofeedback puede proporcionarnos: motivación, control emocional y control de impulsos, para ayudarnos a mejorar personal, familiar y profesionalmente.
Psicólogo clínico especializado en terapia cognitivo conductual y neuropsicología.
Centro de Neurofeedback en Zaragoza del Psicólogo Manuel Olalla