Bajo el lema «Neuropsicología de los Trastorno Mentales» tuvieron lugar el 24 de febrero las jornadas que organiza anualmente la Asociación Aragonesa de Neuropsicología y que van por su cuarta edición.
Durante la sesión matinal se desarrollaron tres ponencias que eran las que daban título a la reunión:
- Neuropsicología del Trastorno Mental Grave: impartida por la psiquiatra Patricia Gracia García, sobre los problemas cognitivos comórbidos con la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
- Evaluación y Técnicas de Rehabilitación desde una perspectiva de los recursos de Rehabilitación Psicosocial: impartida por el psiquiatra Andrés Martín Gracia.
- Neuropsicología de la Depresión y de los Trastornos de Ansiedad: impartida de nuevo por la psiquiatra Patricia Pilar Gracia García, en esta ocasión hablando de los problemas cognitivos asociados a la Depresión Mayor, el Trastorno Obsesivo Compulsivo, el Trastorno de Pánico y el Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Toda la tarde fue ocupada por un monográfico sobre evaluación:
- Evaluación Neuropsicológica: impartido por la Neuropsicóloga Pilar Luna Lario, que versó sobre las principales herramientas disponibles para la evaluación de la memoria, las funciones ejecutivas y la cognición social.
Aunque las jornadas prometían un contenido interesante, tanto por el título como por la prestigiosa presencia de Pilar Luna, la verdad es que no estuvieron a la altura de las expectativas despertadas.
La exposición de la psiquiatra Patricia Gracia se notaba que había sido bien trabajada y documentada, pero desde una perspectiva puramente académica, que no parecía aportar apenas experiencia personal. Un buen trabajo de documentación, que podía haber realizado cualquier profesional con dedicación, haciendo mucha hincapié en la medicación -típico de un psiquiatra- y nulo en las herramientas neuropsicológicas que hubieran sido las más interesantes para los asistentes.
Por el contrario, en la exposición del psiquiatra Andrés Martín se notaba la experiencia real en el campo, que fue incapaz de trasmitir, aportando una presentación que prácticamente consistía en compartir el índice de las cinco principales baterías de tratamiento para rehabilitación cognitiva que podían usarse en casos de esquizofrenia -aunque todas ellas estaban más orientadas a otro tipos de trastornos-. Las diapositivas, abundantes pero sin contenido, apenas aportaban nada. Al menos, algunos comentarios sobre el uso práctico de alguna de las baterías dio algo de interés a la exposición.
Por último, la exposición de la neuropsicóloga zaragozana -aunque desarrolla su labor profesional en Navarra- Pilar Luna fue una antítesis de las anteriores. Repleta de diapositivas rebosantes de contenido y expuesta desde una experiencia práctica envidiable, trataba de explicar tantos cosas que, en algunos momentos, se convertía en caótica. A la charla le falto un poco más de estructura y unas diapositivas más orientadas al contenido expuesto, que hubieran permitido seguir mejor la exposición. Aun así, con diferencia, lo mejor de las jornadas por la frescura, conocimientos y ganas de compartirlos que nos brindó Pilar.
No quiero dejar de comentar que lo mejor de las Jornadas, para mí, es el mero hecho de que existan. La Asociación Aragonesa de Psicología está haciendo una encomiable labor de difusión de la disciplina en nuestra localidad y solo por eso ya merece la pena la asistencia a los eventos que organiza. Esperemos con impaciencia que el próximo año sean algo más neuropsicológicas, pero que lleguen.